In 2005, I was on a trip to San Francisco with my friend Michelle, and during our time in Napa Valley, we wanted to have dinner but didn't have reservations. Despite our hunger, our priority was to find a place with a beautiful view where we could enjoy the sunset with a glass of wine in hand. I remembered a recommendation I had received for Auberge du Soleil, a 5-star "boutique hotel" with a restaurant and balcony. Fortunately, they were able to seat us on the balcony, and we were extremely grateful and happy, enjoying the view and the wine. However, it was when they offered us the menu that the experience changed for the better.
A young and elegant waiter approached us with great honor and pride, saying, "May I have the honor of offering you the menu?" His empathy, serenity, and confidence transformed the atmosphere. It felt like a compliment, and our afternoon became even more beautiful because he made us feel welcome and comfortable. We felt privileged to have dinner there that night, and the cost was no longer a concern. What I remember most is the feeling of satisfaction and the elegance of the place, all thanks to the waiter's gesture and training.
I share this story to encourage you to reflect on the last time you felt this way in a place. Commercial establishments don't always make us feel like that, do they? I don't know where that waiter is now, but I believe he has become a manager or owner of a vineyard or restaurant, and hopefully much more. These types of experiences inspired me to choose the name of my company, and that feeling continues to guide me in providing exceptional service every day.
After working closely with one of the most exquisite hotels in the service industry, the Dorado Beach Ritz Carlton Reserve, and learning about their cooperation and solidarity process and rigorous training, I further honed my knowledge on how to delight our clientele.
From the initial call or interview, clients who seek our services desire excellent service. The choice of residence, open and consistent communication, the exploration and learning phase of the buying or leasing process, up until closing, should be a highly enjoyable experience. At least, that is my guiding principle when working with each client who contacts me.
Lifestyle is a deeply personal matter for everyone. Concepts such as security, density, privacy, speed, cleanliness, spaciousness, and profitability, among others, are quite abstract and must be precisely defined to understand what the client wants and expects from their new home or investment, and especially from our service. That's why I take the time to get to know my clients in order to provide them with the best service possible.
Puerto Rico is incredibly diverse and versatile—it is truly exquisite. There are a multitude of options available to meet the needs of our clients. We develop strategies to understand customers and propose new lifestyles, new options, and value propositions that benefit their families or businesses.
Equally important is the interview process with the brokers who represent the clients and the professionals we encounter along the way. We function as a team, and the experience should be just as enjoyable for them. That's why I am extremely selective and cautious when choosing my collaborators.
As Rick Rubin says in his new book, "The Creative Art: A Way of Being," "the ability to look deeply is the root of creativity." The more observant we are, the better we understand customer behavior, and as a result, we can exceed their expectations or anticipate their desires.
Always at your service!
¿Por qué Lifestyle Designers Real Estate?
En el 2005 estuve de viaje en San Francisco con una hermana de la vida, mi amiga Michelle y el día que estuvimos en Napa Valley al momento que deseábamos cenar no teníamos reservaciones. Aunque teníamos hambre la prioridad era tener una vista hermosa y una copa de vino en mano para disfrutar el atardecer en su máxima expresión. Escogimos un lugar que me habían recomendado, Auberge du Soleil. Un “boutique hotel” de 5 estrellas que tiene un restaurant y un balcón. Nos pudieron sentar en el balcón y estábamos tan agradecidas y contentas disfrutando la vista y el vino. No fue hasta que nos ofrecieron el menú que la experiencia cambió y para mejor. El chico elegante y muy joven por cierto nos ofrece el menú mirándonos con mucho honor y orgullo diciendo “puedo tener el honor de poder ofrecerles el menú?” Con mucha empatía, total serenidad y absoluta seguridad. Fue como un halago, algo más nos cambió la tarde y todo lucía más hermoso de lo que era pues nos hizo sentir tan bienvenidas, a gusto y hasta nos convencimos que tuvimos el privilegio de cenar/picar allí esa noche, no nos importó pagar lo mucho que costó. Lo que recuerdo es el sentimiento de satisfacción y la elegancia del lugar, gracias a este gesto y entrenamiento del mesero.
Comparto mi historia para animarte a reflexionar sobre la última vez que te sentiste así en un lugar. Los establecimientos comerciales no siempre nos hacen sentir de esa manera, ¿verdad? No sé dónde está ese mesero ahora, pero creo que se ha convertido en gerente o dueño de un viñedo o restaurante, y espero que mucho más. Experiencias como ésta me inspiraron a elegir el nombre de mi empresa, y ese sentimiento me sigue guiando para brindar un servicio excepcional todos los días.
Posteriormente al trabajar de la mano con uno de los hoteles más exquisitos en cuanto a la industria de servicio, el Dorado Beach Ritz Carlton Reserve, y aprender sobre su proceso de camadería y entrenamiento riguroso seguí afinando mis conocimientos sobre cómo deslumbrar a nuestra clientela.
Desde la primera llamada o entrevista, el cliente que solicita nuestros servicios anhela tener un excelente servicio. El escogido de la residencia, la comunicación abierta y consistente, la fase de exploración y aprendizaje sobre el proceso de compra o arrendamiento hasta el cierre debe ser uno muy placentero. Al menos ese es mi Norte con cada cliente que me contacta.
El estilo de vida de cada cual es muy personal. Los conceptos de seguridad, densidad, privacidad, rapidez, limpieza, amplitud, ganancia entre otros son unos bien abstractos y hay que definirlos concretamente para entender lo que el cliente desea y espera de su nuevo hogar o inversión y sobretodo de nuestro servicio. Es por esto que tomo tiempo en conocer a los clientes para darles el mejor servicio que puedo dar.
Puerto Rico es muy diverso y versátil.. es exquisito. La cantidad de opciones a la hora de satisfacer las necesidades de un cliente son vastas. Se desarrollan estrategias para conocer a los clientes y proponerles nuevos estilos de vida, nuevas opciones, proposiciones de valor que le sumen a su familia o negocio.
Al igual es crucial entrevistar a los corredores que están representando a los clientes y a los profesionales que a la vez se nos presentan en el camino. Son un equipo y la experiencia debe ser igual de placentera. Es por esto también que soy sumamente selectiva y cautelosa a la hora de escoger con quién colaboro.
Como dice Rick Rubin en su nuevo libro The Creative Art: A Way of Being, “the ability to look deeply is the root of creativity”. Mientras mejor observamos mejor será nuestro entendimiento sobre el comportamiento del cliente y a su vez lo que espera o lo que le gustaría esperar para nosotros poder exceder sus expectativas.
Siempre a sus órdenes!